Del revés

Por fin primavera, no es que me guste mucho pero da paso al tan deseado, al menos por mi, verano. Aunque estoy como loca por ponerme ropa más primaveral es el momento de acabar de explotar los modelitos invernales, ya que en poco tiempo no los volveremos a usar hasta dentro de unos cuantos meses en el mejor de los casos, ya que mucha de la ropa es posible que no volvamos a usarla más.

Aproveché para ponerme el abrigo pistacho con puños y cuello de pelo blanco y mi bolso de mano años 40.

Seguramente el corte del vestido os suene aunque no acabeis de identificar de donde es; pues bien es de Zara, pero es un poco más original que los demás que había iguales en la tienda: haciendo una inspección rutinaria ropil entré en Zara y vi un vestido ideal rosa fuerte, como el borde del vestido, en un maniquí, así que cogí uno igual y me fui con el y unas cuantas prendas más al probador; cuando salí para que me viera mi mami y me diera opinión, de cuatro chicas que estábamos allí tres llevabamos el mismo vestido, las mismas que estabamos con el en la cola para pagar, así que empecé a pensar como hacer de un vestido que va a llevar media España una prenda diferente y he aquí el resultado: le di la vuelta, le corté las etiquetas y ahora tengo un vestido reversible, rosa liso que ya me vereis más adelante y este verde con los ribetes  y el interior de las mangas en rosa fuerte. La verdad que el forro es tan chuli que a mi me gusta más así.

Detalle del escote de la espalda.

Botas altas negras con plataforma y taconazos

Fotos: A.B.